Nuestra historia. Nuestras Raíces.

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La historia de La Fresneda se remonta al segundo milenio a.C con los primeros asentamientos humanos de la Edad de Bronce. En la montaña de Santa Bárbara se concentran extraordinarias muestras de geometría sagrada y de astronomía prehistóricas como son las líneas ley que recorren la comarca y se unen en este cerro sagrado. Donde, además, se aprecian las cullas excavadas en la roca, un tridente y, especialmente, el personaje astral. Esta figura masculina de 85 cm de longitud con sus brazos abiertos es conocida como “el primer fresnedino” y se ha convertido en el símbolo de la villa.

De la posterior época íbera, los principales restos se localizan en Els Gallipons, cerca de la confluencia de la Vall del Ferro con el río Matarraña, desde donde sus pobladores disponían de una visión estratégica para controlar la zona. Amador Rebullida realizó importantes excavaciones e investigaciones durante más de 30 años acerca de nuestro pasado y buena parte de aquellos hallazgos en forma de cerámica o de pesas de telar se encuentran actualmente expuestos en el museo municipal.

Vistas desde lo alto de Santa Bárbara
Antiguo lavadero

Como testigo de la presencia visigoda, tenemos documentada el paso del rey Eurico en el 476, en un viaje de Tortosa hasta Zaragoza. Y de la herencia islámica destacan obras hidráulicas que todavía conservamos como son la fuente de la Medina, la Fontanella o  la Cova del Pou. Los musulmanes denominaron a esta villa como “Frexuela”.

La ofensiva cristiana de las tierras del Ebro cobró fuerza con el matrimonio entre Petronila de Aragón y Ramón Berenguer IV, Conde de Barcelona, que creaba la Corona de Aragón. La conquista definitiva fue realizada por el rey Alfonso II en 1169 en los valles del Algars y el Matarraña. Desde entonces se conoce a la villa como “Freixneda”. Participaron muy activamente en estas campañas las órdenes militares de los Templarios y los Calatravos. En 1211 se produjo la donación de La Fresneda a la Orden de Calatrava y en 1224 se concedió la carta puebla a un grupo de 32 pobladores con sus familias. Al comendador calatravo le pertenecían los derechos más importantes, como los del maravedí, querellas y penas; derecho sobre molinos harineros y hornos, nombramiento de alcalde la villa y escribano del juzgado, además de la tenencia calatrava sobre Ráfales. En 1283 se le concedió a La Fresneda el título de villa por parte del rey Pedro III.

Puerta del campanario
Calle de la judería

Con la crisis del siglo XIV creció la presión de los señores feudales para mantener sus ingresos y privilegios, empeorando en gran medida las condiciones de vida del pueblo súbdito con la reducción de sus derechos y el incremento de impuestos. De la peste negra tan sólo sobrevivió un tercio de la población y en varias ocasiones el municipio tuvo que recurrir al préstamo, siendo los prestamistas los judíos de Alcañiz y algunos cristianos en operaciones con un 20% de interés, que era la tasa legal del momento. Si embargo algún préstamo lo realizó el judío de La Fresneda llamado Abraham Almeredí, a un interés del 15%. La comunidad judía en la villa se asentaba en callejones estrechos y sin salida situados en la parte inferior de la calle Mayor.

Con la llegada de los Reyes Católicos en el siglo XV se refuerza el poder real y se incorporaron los Maestrazgos de las Órdenes Militares a la Corona. En La Fresneda, ello supuso que el poder civil del Ayuntamiento ganaba terreno frente al poder de los calatravos, aunque la presión fiscal siguió siendo importante, pues la villa tuvo que contribuir a la financiación de las guerras. En esta época comienza una importante obra civil con la construcción del ayuntamiento de estilo gótico-tardío en 1576, también la ampliación de la iglesia medieval finalizada en 1689 y la Casa de la Encomienda. Cabe señalar que ambos monumentos civiles fueron reproducidos en 1929 en el Pueblo Español de Barcelona.

Palacio de la encomienda
Antigua plaza de la república en 1935

En la Guerra de Sucesión tras la muerte de Carlos II el Hechizado, La Fresneda tomó  partido por el bando del archiduque austríaco, como la mayor parte de los territorios de la Corona de Aragón y las tropas ocuparon varios pueblos de la comarca en 1706. Aquí se estableció el puesto de mando a cargo del coronel Antonio Caraccioli. Pero las tropas del futuro rey Felipe V de Borbón, contraatacaron y en La Fresneda se fijó el puesto mando del sargento mayor del regimiento francés de Burk. La carga impositiva fue muy dura a los que perdieron la guerra y en el año 1714 La Fresneda estuvo amenazada de “ejecución militar” para satisfacer la contribución real de la guerra y tuvo que acudir a un arrendador de Calanda.  Posteriormente, en 1784 La Portellada, hasta el momento considerada un barrio de La Fresneda, se independizó como municipio previo pago de una elevada suma a la Tesorería Real.

Durante la Primera Guerra Carlista, la comarca fue prácticamente ocupada por los carlistas en 1834. El general Cabrera ordenaba fusilar en La Fresneda a los alcaldes de Valdealgorfa y Torrecilla, acusados de haber pasado información al enemigo. Finalmente, en 1839 las tropas carlistas fueron obligadas a retirarse pero a su marcha arrasaron el castillo, parte de las murallas y todos los puntos defensivos de La Fresneda como la ermita de Santa Bárbara, para que  no pudieran ser utilizados por sus enemigos. Además desapareció el castillo de origen árabe. Con la consolidación del liberalismo, la Desamortización de Mendizábal en 1855 provocó que los bienes de la Orden de Calatrava y de los religiosos Mínimos pasaran a manos particulares.

Ermita de Santa Bárbara
Plaza mayor durante la grabación de "Libertarias"

En 1916 se creó el Centro Obrero, primero adherido al PSOE y luego al anarquismo de la CNT. La derecha se organizó en torno al Sindicato Católico Agrícola. Cuando estalló la guerra civil en 1936 se constituyó un Comité Revolucionario; se colectivizaron las tierras, se abolió la moneda estatal creando una moneda local y se destruyó un importante patrimonio y vidas humanas. Tal y como reflejó Vicente Aranda al grabar en nuestras calles la película Libertarias. Durante la difícil posguerra, en esta zona los maquis trataron de combatir el franquismo a través de la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón (AGLA).

La gran helada Siberiana de 1956 aniquiló buena parte de los olivos, el principal sustento de aquella sociedad tradicional. La ola de frío incrementó el éxodo rural especialmente hacia Barcelona donde muchos fresnedinos se asentaron para trabajar en la industria y los servicios que ofrecía el Desarrollismo. De forma que la población descendió desde el máximo de 2008 habitantes alcanzado el año 1920, a los 1.214 en 1940 y a los 654 empadronados en 1970. Sin embargo, la economía comarcal avanzó hacia la tecnificación de la agricultura y a la construcción de granjas, posteriormente organizadas en torno a la potente cooperativa Arco Iris. Además, la declaración en 1983 de La Fresneda como conjunto Histórico-Artístico ha comportado una importante restauración de nuestro patrimonio y la llegada de numerosos turistas y veraneantes que, atraídos por el rico patrimonio, la destacada gastronomía y las raíces familiares, son recibidos en uno de los Pueblos Mágicos de España.

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